RENUNCIA MASIVA DE ADVENTISTAS EN PERU

Renuncia masiva de adventistas en Peru

Lima, 01 de agosto del año 2009.

Pr. Gerardo Cuentas. Pastor del distrito misionero San Martin “A”.

Integrantes de la junta y miembros en general de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Los Libertadores.

De nuestra más alta consideración.

Esperamos de todo corazón que la paz del Señor sea con ustedes, sus familias y las bendiciones del Señor sean manifiestas de manera gloriosa en cada una de sus vidas.

El motivo de la presente es para solicitarles la exclusión de nuestra feligresía de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Los Libertadores.

Las razones principales pueden ser identificadas en tres:

Primero: El no poder seguir sosteniendo las doctrinas y enseñanzas distintivas de la denominación Iglesia Adventista del Séptimo Día, por considerarlas faltos o no firmemente fundamentados en el registro bíblico. Principalmente, la doctrina del juicio investigador o pre-advenimiento con la respectiva significación profética de la fecha 22 de octubre de 1844; la doctrina que endosa la vida, ministerio y escritos de Elena de White como manifestación del auténtico don de profecía, la doctrina que presenta la observancia del sábado como sello de Dios y obligatorio para el cristiano en la actualidad; la doctrina que pretende autenticar la exclusividad de la Iglesia Adventista del Séptimo Día como la iglesia verdadera y el remanente del tiempo del fin.

No quisiéramos ahondar en pruebas o evidencias en esta carta; sin embargo, quisiéramos resaltar que nuestra decisión se sustenta en investigación profunda de no pocos días de la Biblia, la teología adventista, sus creencias fundamentales y sus prácticas religiosas. Quisiéramos también enfatizar que los debates, las investigaciones y los trabajos teológicos de muchos dentro y fuera de la iglesia adventista a través de su historia, ha sido determinante para tomar esta decisión.

Segundo: El no concordar con el sistema de gobierno y administrativo establecidos como base de toda la organización Adventista del Séptimo Día. Consideramos que no hay sentido de equidad en comparación con otros sistemas administrativos, también de índole religioso; valga decir, las otras denominaciones o ministerios religiosos que viven y cumplen un rol dentro de la sociedad de manera similar a la de la denominación Iglesia Adventista del Séptimo Día. El sistema de gobierno y administrativos obligan a las iglesias a existir para sostener principalmente el aparato administrativo en desmedro de las iglesias locales. No es justo que una iglesia asociada a la organización Iglesia Adventista del Séptimo Dia tenga que enviar el 100 % de sus diezmos a las arcas institucionales, además enviar lo que se recoge de ofrendas en la Escuela Sabática, parte de las ofrendas de la Sociedad de Jóvenes y de las otras ofrendas que la organización y la iglesia local promueven. Sabemos y sostenemos firmemente, ahora, que este tipo de organización no tiene ningún fundamento bíblico y solo promueve la acumulación de caudales a favor del aparato administrativo de la denominación, dejando en la total pobreza y escasez de recursos económicos a las iglesias locales; que a su vez, para poder subsistir tienen que recurrir a una doble donación del feligrés, dejando a este último, también, en un estado de postración, necesidad y perpetua pobreza. Jesucristo no ensenó que su iglesia debiera existir para explotar y empobrecer a sus feligreses.

Tercero: Nuestro pedido de retirar nuestros nombres del libro de feligresía se propone sentar precedentes de total respaldo y solidaridad a los hermanos que, como Primitivo Rojas, fueron o serán des fraternizados de la feligresía de vuestra iglesia fundamentalmente por hacer públicas sus discrepancias con la posición oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Dia en materia de doctrinas.

Creemos en la irrestricta libertad de conciencia como don inherente otorgado a todo ser humano por Dios mismo y que ninguna denominación religiosa tiene el derecho exclusivo de interpretar la Biblia e imponer dicha interpretación, a quien sea que fuere, como única verdad absoluta. Creemos en el respeto a esa libertad de conciencia y a la sana convivencia en el marco del respeto mutuo aun a pesar de las discrepancias de creencias entre los seres humanos. Por lo tanto, no aceptamos la desfraternizacion de una persona del cuerpo de Cristo, sobre la base de su aspiración a conocer, investigar, cuestionar y buscar razones a las presuposiciones y doctrinas de la denominación a la que pertenece.

Repudiamos y condenamos ese acto para dejar precedente que una organización religiosa debe fomentar el libre pensamiento, la libre asociación y el libre ejercicio de la libertad de conciencia entre sus feligreses y no coaccionarlos ni tomar medidas degradantes por discrepar, cuestionar o no aceptar algunas o varias de las creencias pre-establecidas por la organización religiosa.

Quisiéramos que sepan que nuestra decisión es irrevocable y que somos conscientes de todas las consecuencias o resultados de nuestra decisión. Nuestra decisión es voluntaria y sin ningún tipo de coacción. Hemos elegido un camino más bíblico mas cristocéntrico y de amplia confraternidad. Por eso les decimos que los amamos en Cristo Jesús y que estamos abiertos al diálogo alturado. Aunque eso no signifique que nosotros cambiaremos nuestra decisión, porque la consideramos firmemente asentada sobre la “Roca de los Siglos”: Nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Esperando ser notificados cuando se haya aceptado la renuncia de nuestra feligresía, firmamos aquí los que de manera sincera y con espíritu altamente cristiano hemos decidido amar, seguir y servir a Jesucristo fuera de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Firmado por 7 ExAdventistas. Sus nombres son omitidos porque quieren ser anónimos.