.:HAZEL
Todo comenzó para mí cuando tenía alrededor de 9 o 10 años de edad cuando fui a quedarme con mi tía que es una testigo de Jehová. Mi primera conversación con ella me dejó pensando acerca de Dios. Ella me preguntó, “Hazel, ¿crees en Dios?” Recuerdo específicamente haberle dicho, “No estoy segura, supongo que puede haber uno.” Y eso fue todo.
Unos 2 ó 3 años después, cuando tenía 12, estaba pasando por un tiempo bastante difícil en mi casa porque yo, junto con uno de mis hermanos, crecí en un hogar abusivo. Un fin de semana en particular cuando fui a visitar a mi tía, me estaba sintiendo bastante abatida y mi tía comenzó a hablarme de todas las promesas que Jehová había hecho acerca del “Orden del nuevo mundo,” (el término que la Organización Watchtower utiliza para referirse a un paraíso en la tierra en el futuro). Oí esto y siendo yo tan joven e inmadura, pensé “¡Vaya! ¡Esto suena bien! Quizá Dios me pueda ayudar con mi situación.” Esto fue lo que captó mi interés para unirme a los testigos de Jehová.
Comencé a estudiar con mi tía, pero esta no era la situación ideal, porque ella vivía en un lugar de Inglaterra diferente al mío, lo cual daba como resultado que yo estuviera en una congregación diferente a la suya. Así que, escribí una carta a la casa Betel de Londres (una sede principal), pidiendo comenzar un “estudio bíblico” con alguien en mi localidad. Después de unas semanas, recibí una llamada telefónica de parte de Jennifer, una hermana “Precursora” de los testigos de Jehová. Ella verificó que yo había escrito la carta pidiendo el estudio. Las cosas marchaban muy bien. Recibí las revistas y comencé un estudio con ella e incluso di charlas en la Escuela del ministerio teocrático (el programa de entrenamiento de los testigos de Jehová). Más tarde, me convertí en una publicadora no-bautizada (alguien que va de puerta en puerta).
Mientras estudiaba, la situación en mi hogar empeoró. Hubo veces en las que fui encerrada con llave en mi habitación solo para que no pudiera asistir al Salón del Reino. Incluso me maltrataron físicamente sólo por el hecho de estar estudiando la Biblia. Me preguntaba por qué mi madre me trataba así. ¿No quería ella tener una buena hija con una buena moral? Algo que yo no vi en aquel entonces fue que mi madre podía distinguir bien las enseñanzas erradas de la Organización Watchtower. Ella se autodenominaba pagana y yo pensaba: “No te preocupes Hazel, Jesús dijo ‘Si me odiaron a mí, de igual modo te perseguirán a ti.’ ” Yo pensaba que estaba siendo perseguida por causa de la justicia.Por esas fechas, me metía en la Internet e hice lo que la mayoría de los adolescentes hacen, unirse a un salón de Chat (charla virtual). Era un salón de Chat cristiano, y allí conocí a mucha gente genial, aprendí cómo ellos amaban a Jesús y las maneras en que expresaban su amor por Él. Compartí con ellos acerca de mi posición dentro de la organización de los testigos de Jehová. Me dijeron muchas cosas y trataban de ayudarme a ver la luz pero, por supuesto, yo siempre defendía a la organización. Lo que no sabía era que esas personas habían sembrado las primeras semillas para ayudarme a conocer a Jesucristo como lo conozco ahora. En ese tiempo, yo sabía en mi corazón que algo faltaba, ¡y ahora sé que era Él!
Después de un tiempo de estar en este sitio Web cristiano, conocí a un chico cristiano que era bueno y honesto (Zebra), quien estaba realmente preocupado por mí y mi salvación. Discutí con él acerca de las Escrituras y temas como la Trinidad, etc. Acostumbraba reírme de él. Cuando miro hacia atrás, pienso en lo tonta que fui por defender a la organización.
Aún así, ¡¡yo quería a Jesús!! Oh, ¿qué podía hacer? Sabía que los testigos de Jehová desaprobarían el que yo continuara escuchando a Zebra y sería reprendida si lo descubrían, pero había algo en él a lo que yo no podía decir adiós. Ahora sé que era nuestro Padre Celestial atrayéndome hacia Él (Juan 6:44).
Mientras hablaba con Zebra, él me consiguió algunos testimonios en audio que encontró en Internet, acerca de personas que habían dejado la Organización Watchtower y las experiencias que tuvieron. Ellos explicaban lo que eran realmente las falsas enseñanzas de la Sociedad Watchtower. Se me partió el corazón y a la vez me sentí culpable. Se me partió el corazón porque estaba muy confundida con respecto a quién era Dios, pero me sentía culpable porque la Organización Watchtower me había enseñado que me estaba entrometiendo en “Babilonia la grande” al escuchar a estos supuestos “apóstatas.” ¡No sabía qué hacer!
Sabía en ese momento que realmente necesitaba buscar y hundirme en la verdad como lo manda la Biblia. Hice esto mientras oraba. También busqué la verdad al hacerles varias preguntas a los testigos de Jehová. No tenía la menor idea en ese entonces que los Testigos evitarían responder este tipo de preguntas. Me hicieron sentir culpable por buscar a Jesús y me condenaron por cuestionar las cosas que ellos me habían enseñado. Me dijeron: “Tienes la verdad en la Organización.” Cuando discutí y les dije: “Yo no quiero la ‘verdad’ en la organización de Jehová, yo quiero la verdad que Jesús tiene para ofrecer,” ellos me consideraron espiritualmente “débil.”
Pero seguí adelante con mis preguntas. Entre más hacía esto, más incómodos se sentían ellos conmigo porque yo siempre les decía que me mostraran las respuestas de sus Biblias y no de las publicaciones de la Watchtower. Esto no les agradaba para nada. Todos los ancianos en la congregación me observaban y me hacían pasar un mal rato con respecto a mis preguntas. Cuando alguno de ellos daba una charla en la congregación, sentía como si específicamente se dirigieran a mí por la manera en la que el hermano me miraba y decía las cosas. Algunos incluso me decían, “Hazel, has estado estudiando ya por cuatro años. ¿Por qué haces preguntas ahora?” No hice caso a esta pregunta por no ser de Dios, porque Dios no nos dice cuando sí o cuando no podemos examinar algo para ver si es cierto (1 Tesalonicenses 5:21).
Mientras transcurría el tiempo, mi entusiasmo por la Organización y mi deseo por ser una testigo de Jehová disminuía más y más. Casi dejé de ir a todas las reuniones. Buscaba todas las excusas que podía para no ir, y cuando no se me ocurría una excusa, iba. La Watchtower para mi comenzó a sentirse como se sintió al principio. Los “hermanos” y “hermanas” en la congregación eran fríos y no mostraban el amor incondicional que Jesús quiere que muestren los verdaderos cristianos, tal como Él lo hacía. Aún así, ellos usaban la Biblia, así que yo razoné que la Organización debía estar en lo correcto. Entonces, mi mente me llevaba de vuelta al fundamento de la Sociedad Watchtower.
Sorprendentemente, durante el tiempo de mis cuestionamientos, continué mi estudio con Jennifer, la precursora. Ella sabía que algo sucedía conmigo. Con frecuencia le hacía preguntas desafiantes, cuyas respuestas eran algo así como: “Puedes ir y buscarlo en tu CD-ROM de la Watchtower en tu casa.” Yo le respondía: “No, Jennifer. Yo quiero que tú misma me muestres la respuesta en la Biblia, no en la Watchtower.” Cuando ella no lo podía hacer, entonces yo sabía que algo debía estar seriamente mal y que debía haber algo que ellos no querían que yo supiera o que investigara.
Para este tiempo, ya me había hartado con todo lo que sucedía a mí alrededor. Para ser honesta, lo único que me ayudaba eran los testimonios en audio de la Internet. No estaba orando porque estaba muy confundida con respecto a quién orar: ¿a Jesús o a Jehová? No lo sabía. Lo único que hacía era leer la Biblia en línea porque la única Biblia que había utilizado y que conocía era la Biblia de la Watchtower, la Traducción del Nuevo Mundo. Fue entonces cuando Dios abrió mis ojos a la verdad de Dios, y no a la supuesta “verdad” de la Watchtower. Juan 6:44 y 45 dice: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. ‘Escrito está en los profetas: “Y serán todos enseñados por Dios”. ¡Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí!’ ” ¡No podía ser más obvio!
Transcurrieron los meses y yo continuaba asistiendo al Salón del Reino. En junio del 2005, conocí a un amigo cristiano en un salón de Chat en la Internet. Su hermana había sido una testigo de Jehová. Fui invitada a la casa de la hermana de este amigo cristiano. Incluso fui a la iglesia con ella, a pesar de lo que se me había dicho acerca de que tan “malas” y “perversas” eran las iglesias. En la iglesia, mi corazón estaba acelerado. No sabía lo que iba a suceder. El tiempo transcurrió. El pastor estaba hablando y ¡oh! Percibí una sensación de paz derramándose sobre mi corazón. Todos eran libres en el Señor. ¡Era asombroso apreciarlo!
Cuando llegó el tiempo para irme de Escocia para regresar a mi hogar en Inglaterra, me sentí triste. Sabía que iba a regresar a la misma situación en casa con los testigos de Jehová. PERO no estaba tan triste como podría haber estado, porque había aprendido del pastor de la iglesia, a confiar en que Dios haría que las cosas salieran bien y de la manera correcta. Puedo decir que el Señor fue fiel a esta promesa.
Cuando regresé a casa, al principio no asistí a ninguna de las reuniones de la Watchtower, pero luego los de servicios sociales me sacaron de mi hogar a causa de los abusos que yo estaba experimentando. En aquel entonces regresé a los testigos de Jehová. No sé por qué, supongo que debió haber sido por razones egoístas. Las cosas no mejoraron cuando hice esto. De hecho, empeoraron y pude ver claramente de qué se trataba realmente la Organización. En el otoño del 2006 cuando mi abuelo falleció, corté por completo toda relación con la Organización Watchtower.
Oré a Dios y Él fue fiel. Él nunca me abandonó, como yo lo había pensado antes. Yo era la que se había apartado de Él. Le doy gracias a Dios con todo mi corazón por mantener su promesa maravillosa de nunca dejarme ni olvidarme, aún cuando yo lo había dejado (Hebreos 13:5). Puedo decir con seguridad que soy verdaderamente salva por la gracia de Jesucristo y no por luchar para mantenerme fiel a una organización hecha por hombres, como antes pensaba. Mi gloria está en el Señor y en que su voluntad sea hecha en la tierra. No necesitamos esperar llegar al cielo para ver esto, puesto que ¡lo podemos ver aquí! Él está preparando un ejército poderoso para que su voluntad sea hecha. Él nos está preparando a través de su Palabra, nuestro equipamiento está en su Palabra y ¡debemos poner nuestra confianza solamente en Él!
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.:LEO
Nací y crecí en la organización de los testigos de Jehová. Mi padre es un anciano (líder) y mi madre una precursora. Sé todo lo que un testigo de Jehová sabe acerca de la religión. Serví en nuestra congregación como superintendente y también fui precursor auxiliar regular.
A los 19 años de edad, me salí de la casa de mis padres. Fue entonces cuando comencé a dejar la Organización Watchtower. Yo había sido un testigo de Jehová únicamente porque mis padres me habían dicho que eso era lo correcto. Teniendo la libertad de un adulto, comencé a dudar de las doctrinas y políticas de la organización. Entre más aprendía de la Watchtower, más me alejaba de ella. Lo que abrió mis ojos fueron las profecías fallidas de la Watchtower, las enseñanzas falsas, los cambios doctrinales (luz cambiante/parpadeante), los casos de abusos infantiles, el señorío del Cuerpo Gobernante sobre las masas de Testigos y la política mortal de prohibir las transfusiones de sangre.
También estaba perturbado por las tendencias cultistas de la organización. Está bien que una religión anime a sus miembros a tomar en cuenta el tiempo de ministerio en el servicio del campo y que sugiera que es un error celebrar los cumpleaños y los feriados, pero cuando la Watchtower llega al extremo de establecer que esas políticas son necesarias para la salvación y excomulgan como “no salvos” a aquellos que fallan en cumplir con sus normas, eso no es “cristiano” para mí. Finalmente, fue la maldad de la Sociedad Watchtower la que me llevó a salirme de ella.
La gran pregunta que tuve después de dejar la Watchtower fue a qué religión debía acudir. En mi búsqueda por la única religión verdadera, asistí a una iglesia pentecostal, a una iglesia católica, a algunas de las iglesias de nacidos de nuevo y a iglesias no-denominacionales. En cierto momento, incluso les pedí a los mormones que estudiaran conmigo. Pero toda esta búsqueda me dejó vacío y confundido.
No fue hasta que alguien en Internet, de la directiva de “Christian Apologetics & Research Ministry” (Ministerio de apologética e investigación cristiana) (www.carm.org) me animó a comunicarme con Christy de “Witnesses for Jesus” (Testigos por Jesús) y mi búsqueda llegó a su fin. En lugar de guiarme a otra organización hecha por hombres, Christy me presentó a Jesús. Me di cuenta que no debía preguntar a “dónde” ir, sino a “quién” ir (ver Juan 6:68). Después de recibir las buenas nuevas VERDADERAS, el evangelio, abrí mi corazón e inicié una relación personal con Jesucristo. Y así de simple, sentí cómo las cadenas fueron quitadas. Las tinieblas se convirtieron en la luz más brillante y comencé a entender lo que la Biblia enseñaba acerca de la Deidad de Jesucristo, la Salvación por medio de la gracia, etc. Recuerdo lo que dijo David Reed de “Comments from the Friends” (Comentarios de los amigos) (www.cftf.com): “El Espíritu Santo te enseñará mientras lees.” En este momento, aún sigo aprendiendo. Me siento muy gozoso de no estar leyendo las publicaciones de la Watchtower, sino la misma Palabra de Dios con la dirección del Espíritu Santo.
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.:BRENDA
Experimenté una niñez bastante normal y dichosa hasta los nueve años de edad, cuando un día, mi madre fue visitada por dos testigos de Jehová. Al principio pensé que sería divertido recibir un poco de atención de estos “amigos,” como ellos mismos se llamaban. Como yo había crecido en una granja muy aislada en la zona rural de Pensilvania, cualquier novedad que pasaba por ahí era bienvenida, y ellos se veían tan benévolos, tan educados, tan bien vestidos.
Después de un tiempo, me di cuenta de cuánta destrucción podía imponer la Organización Watchtower. Mi madre, una maestra de escuela dominical en la iglesia metodista en aquel entonces, me sentó poco después de haber comenzado un estudio “bíblico” en casa con los testigos de Jehová y de un solo golpe me dijo que yo tendría que renunciar a todos mis días feriados, todos mis amigos, mi cumpleaños y a todos mis parientes. Mi vida hasta entonces giraba en torno a los juegos con mis primos, literalmente, desde el amanecer hasta el atardecer; de modo que ¡este fue un cambio bastante devastador en mi vida joven! Ya que no tenía otra elección, me vi obligada a hacerlo. Durante los siguientes nueve años, crecí sin tener una sola amiga y viví una vida solitaria. Yo denomino a este período, mi “castigo de nueve años”, a pesar de mi buena conducta.
Desde el comienzo yo ponía en duda sus creencias, aún así decidí bautizarme como una testigo de Jehová porque mi mamá me dijo: “Si no te bautizas con nosotros, tendrás que hacerlo sola después.” Esa fue una declaración intimidante y persuasiva, ¡sobre todo para una niña de diez años! En aquel entonces no me di cuenta de que al bautizarme, me costaría a mi familia más tarde.
Durante los siguientes nueve años, estaba en las nubes (soñaba despierta) durante las cinco reuniones semanales, para poder sobrevivir las sesiones largas de adoctrinamiento. Algunas veces, literalmente, sentía que estaba clavada en un hormiguero, perdiendo la razón. Para hacerle frente al aburrimiento, me comía las uñas hasta que sangraban y hacía algunas otras cosas “interesantes” que eran realmente espantosas y chistosas. Presencié como maltrataban a mis sobrinos por no permanecer sentados y tranquilos, un resultado común para los niños testigos de Jehová que eran inquietos. Yo también sufrí de abuso físico y emocional.
El llevar un diario me dio algo de alivio, hasta que mi hermana se lo mostró a mi madre. Tan pronto como me di cuenta de que mis pensamientos estaban siendo censurados, envolví mi diario en plástico y lo escondí en un tronco viejo en el bosque. Siempre que sentía la necesidad de mantener mi identidad intacta, iba al bosque a escribir. Todavía tengo ese diario hoy en día, el cual contiene muchos de mis dientes de leche y memorias de una infancia turbulenta. Esos años realmente se sintieron como una sentencia en la cárcel.
A los doce años de edad, escribí una historia horrible y perturbadora llamada “Completamente sola en el mundo,” la cual se convirtió, treinta años después, en el Capítulo 1 de mi libro “Fuera del capullo” (Out of the Cocoon). Afortunadamente, nunca tuve la intención de llevar a cabo mi fantasía horrenda, pero el eliminar mis sentimientos negativos hizo que me fuera más fácil sobrellevar el dolor de estar atrapada. Mi propio sentido común y quizás las cuerdas de salvamento que arrojé, ayudaron a que la situación en mi vida no se tornase peligrosamente volátil.
El pensamiento independiente no estaba permitido. Todos éramos clones hechos con un mismo molde y se esperaba que marchásemos como soldados en un alineamiento perfecto. Al decir que la opresión que yo experimenté fue “sofocante,” sería quedar corta. La única manera en la que puedo describir lo que sufrí es imaginando a alguien sujetando una almohada sobre tu rostro por nueve años mientras luchas por respirar. Imagínalos permitiéndote sólo el aire suficiente para mantenerte apenas con vida.
Cada año se volvía una cuenta regresiva para mí—7 años para estar fuera, 5 años para estar fuera, etc. Como adolescente, arrojé una cuerda de salvamento a una pariente mía, creando una red de comunicación oculta con mi tía en Colorado. Mi madre me prohibió comunicarme con su propia hermana, pero yo sabía que si lograba ganar un oído compasivo, posiblemente mi tía podría ayudarme algún día. Así que por muchos años mi tía y yo nos comunicábamos secretamente a través de una compañera de la escuela. Mi tía enviaba una carta a la casa de mi compañera. Mi compañera llevaba la carta a la escuela, de manera que yo podía responderle. Luego, mi compañera enviaba por correo la carta que yo le escribía a mi tía. No llevé ninguna de las cartas de mi tía a casa para que nuestro secreto no fuera descubierto. Mi tía se volvió mi única conexión real con el mundo exterior y la única voz de adulto de la razón para mí.
Mientras tanto, yo hacía todo lo que la Organización Watchtower me pedía, incluyendo predicar de puerta en puerta por hasta 100 horas mensuales. En muchos aspectos me sentía como las muñecas Barbie con las que jugaba, moldeada, manipulada y falsa. Yo era la adolescente testigo de Jehová perfecta de “plástico”, pero esta era mi estrategia. Sabía que debía dar de mi tiempo en silencio, mientras elaboraba mis planes secretos y tramaba mi escape. Por fuera, me veía como una persona, pero por dentro, trataba de aferrarme a la persona real, el verdadero yo, que se estaba disolviendo. Como una mariposa, entendí lo que era la metamorfosis y utilicé eso para mi propia ventaja.
Poco después de graduarme, arrendé un departamento de una recámara con otras dos compañeras de la escuela y fue entonces cuando se volvió evidente la percepción extremista de mi madre con respecto a la gente en “el mundo”. Ella me dijo que yo me volvería “una prostituta y ladrona” porque Satanás me había atrapado. Yo estaba determinada a demostrar que estaba equivocada.
Desafortunadamente, la estabilidad de mi empleo en un restaurante de comida rápida falló y como consecuencia, comencé a padecer hambre. Sin embargo, tenía mucha tenacidad y determinación para lograr salir adelante. Desesperada, cuando se me acababa el dinero, comía la basura de otras personas. Mi madre, una “cristiana” auto-proclamada (ante los ojos de los testigos de Jehová) comenzó a hacer comentarios crueles, tales como: “Vamos a ir a la casa de tu hermana y he horneado algo de estofado y pastel de manzana casero. Lástima que no puedas venir con nosotros.” Para decir algo a mi favor, nunca robé nada, ni tampoco vendí mi cuerpo para obtener alguna ventaja económica.
Tres meses después, sabía que debía hacer un cambio dramático en mi vida. Ahorré el dinero suficiente para mudarme a Colorado con un boleto de avión sólo de ida. Conseguí un préstamo estudiantil, trabajé en varios empleos al mismo tiempo e ingresé a la universidad en Denver, graduándome con honores en el primer lugar de mi clase. Me sentí muy orgullosa de ser la única en mi familia que había completado una educación superior.
Como una mariposa cuya ala ha sido rota, estaba mal equipada para volar. Mi edad adulta joven continuaba siendo un tiempo peligroso para mí. Perdí mi espiritualidad, estaba enojada con “Dios” y con lo que él me había permitido soportar y caí en una relación co-dependiente con un adicto al alcohol y a las drogas. Necesitaba a alguien, ¡cualquiera que me amara por lo que soy! Después de 10 años, me di cuenta que estaba en medio de una relación disfuncional similar a la que había sobrevivido de niña, y tomé la decisión difícil de divorciarme de mi esposo. Por encima de todo lo demás, yo quería romper el ciclo de disfuncionalidad por nuestro hijo, para que él pudiera vivir una vida feliz y saludable.
Unos cuantos años después, una experiencia espiritual extraordinaria salvó mi vida, la de mi hijo y la de muchos otros. Esto me cambió de ser una agnóstica a ser una creyente en Dios. (Describí mi experiencia en un capítulo de mi libro titulado: “Ángeles guardianes”).
Entonces, ¿dónde está la relación con mi familia el día de hoy? Bueno, no tan sólo mi madre, hermano, hermana, mis 4 sobrinos y sobrina no me hablan desde hace 25 años, sino que la mayoría de ellos nunca ha conocido a mi hijo, que ahora tiene 16 años de edad. Esta religión ha dividido a nuestra familia y ha hecho estragos en tres generaciones. Mi familia cree que debe “rechazarme” por el resto de mi vida para recibir el favor de Dios. La verdad es que me rechazan porque la Organización Watchtower lo requiere, y si no hacen esto, perderán el favor de la organización y serán rechazados por la única “familia” que ellos conocen. He encontrado que su sistema de creencias es increíblemente distorsionado. Pero también, ¡así son las sectas!
Mirando hacia atrás, me doy cuenta que hubiera sido muy fácil para mí caer en las drogas o el alcohol y echar los brazos al aire. En lugar de eso, he elegido volverme pro-activa y educar a otros acerca de las sectas. Estoy haciendo esto ahora por medio de mi publicación trimestral de sectas y a través de mi seminario “Entendiendo a las sectas”, en la Universidad Libre de Colorado (Colorado Free University), en Denver, Colorado. También doy charlas en las iglesias para enseñar a la gente acerca del control mental de las sectas. Además, he sido entrevistada en programas de radio por todo el mundo. (Puedes escuchar estas entrevistas en mi sitio Web - www.outofthecocoon.net). Mi misión es ayudar a las personas a entender las dinámicas de una secta, aprender a cómo ayudar a familiares involucrados en una secta y, lo más importante, ayudar a sanar.
Mi vida ha recorrido un círculo completo y estoy dichosa una vez más, tal como lo era cuando tenía nueve años de edad. Es un contraste fuerte con aquellos años cuando era una testigo de Jehová. Mi hijo es ahora mi “nueva luz.” Lo veo y me doy cuenta de cuán afortunado es él de que su madre se escapó. Si no lo hubiera hecho, él no estaría aquí porque, con toda seguridad, yo me hubiera suicidado.
La gente algunas veces me pregunta si pudiera repetir las cosas, ¿hubiera impedido que aquel anciano de la Watchtower llegara a mi puerta? ¡No, no lo habría hecho! Porque debido a esa experiencia me he vuelto una persona más amorosa, dadivosa y espiritual. Soy alguien que ha aprendido cuán importante es la familia. Soy alguien que ya no está asustada. Soy alguien que ya no está amargada. Fue una travesía extraordinaria para mí desde que la ira, el temor y el resentimiento una vez gobernaban mi vida. Mi única tristeza es haber perdido a mi familia por causa de esta religión tan divisiva y supuestamente “amorosa”. Sin embargo, me consuela el saber que no estoy sola en el mundo. Hay millones de personas allá afuera, tal como yo; sobrevivientes. Espero que algún día, todos aprendan LA VERDAD acerca de la Watchtower y las otras sectas. Este es mi ministerio.
Puedes conocer más acerca de Brenda Lee y su historia al leer su libro titulado “Out of the Cocoon: A Young Woman’s Courageous Flight from the Grip of a Religious Cult” (Fuera del capullo: el vuelo valiente de una mujer joven de las ataduras de una secta religiosa). Aún cuando Brenda no escribe desde lo que nuestro ministerio podría llamar una “perspectiva cristiana evangélica”, ni se ocupa de muchos de los temas doctrinales que acompañan a la religión de los testigos de Jehová, ella provee una perspectiva franca acerca de cómo es realmente la vida dentro de la “secta” religiosa de los testigos de Jehová. Puedes solicitar su libro en tu librería local o puedes obtener una copia autografiada al ordenarla a través de su sitio Web: www.outofthecocoon.net.
sábado, 31 de octubre de 2009
TESTIMONIOS DE EX TESTIGOS DE JEHOVA HAZEL -LEO-BRENDA
BIENVENIDO
Descripción
El hombre de Dios Dr. David Owuor, es EL PROFETA de los últimos tiempos del Señor. Profeta Dr. Owuor predica el mensaje eterno del Arrepentimiento y la Santidad en la preparación para el arrebatamiento de la iglesia, ordenado por nuestro Señor Jesucristo.(Lucas 24:46-47) El Señor lo está enviando a todas las naciones para preparar el camino del Señor a la iglesia de Cristo (la novia de Cristo) en Arrepentimiento, Santidad y Justicia, lista para el rapto glorioso, y para profetizar los señales del fin del mundo tal como terremotos, guerras, hambrunas, inundaciones y aflicciones (Mateo 24:3-7).
En la mayoría de las reuniones de avivamiento históricos y poderosos y conferencias por todo el mundo; ojos de los ciegos se han abierto, ojos creados, ciegos ven, los oídos sordos se han abierto, paralíticos han caminado, las personas han sido bautizados por el Espíritu Santo, la GLORIA SHEKINAH DE DIOS ha descendido en las reuniones y millones de personas se han entregado al Señor. Este es el avivamientos de los últimos tiempos y este último derramamiento del Espíritu Santo profetizado en la Biblia. Tal como en la Santa Biblia es profetizado.
Mal 4:4-6;Hch 3:17-26; Deu 18:15-19
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