Si tuviésemos que creer lo que enseña el Catecismo, cada vez que se oficia la misa, se hace presente la obra de Cristo en la cruz y se realiza la obra de nuestra redención:
"En este divino sacrificio que se realiza en la misa, este mismo Cristo, que se ofreció a sí mismo una vez de manera cruenta sobre el altar de la cruz, es contenido e inmolado de manera no cruenta" (p. 390, #1367). "Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, hace memoria de la Pascua de Cristo y ésta se hace presente: el sacrificio que Cristo ofreció de una vez para siempre en la cruz, permanece siempre actual: 'Cuantas veces se renueva en el altar el sacrificio de la cruz, en el que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado, se realiza la obra de nuestra redención'" (p. 389, #1364).
Pero la Biblia revela que la obra de redención fue un acto que se efectuó una sola vez, y se completó cuando Jesús murió en la cruz:
"Pero ahora, en la consumación de los siglos, (Cristo) se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado".
Hebreos 9:26 "En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre".
Hebreos 10:10
Cuando Jesús vertió su sangre, ese acto realizado sólo una vez, compró redención eterna para todo aquel que ponga su fe y confianza únicamente en Cristo:
"Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, (Cristo) entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna salvación".
Hebreos 9:12
La Biblia de manera específica declara que este sacrificio no necesita efectuarse diariamente:
"Que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo".
Hebreos 7:27
Sin embargo, el Catecismo sostiene firmemente que:
"En efecto, cada vez que se celebra este misterio, 'se realiza la obra de nuestra redención'..." (p. 403, #1405).
Pero la Biblia también sostiene firmemente que la muerte de Cristo fue un hecho que ocurrió sólo una vez:
"Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos".
Hebreos 9:28 "Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios".
Hebreos 10:12
Cuando Jesús murió en la cruz, El realizó todo lo que era necesario para obtener la salvación del hombre. Nunca más se ha necesitado otra obra con ese fin.
Cuando el Catecismo afirma que la Iglesia Cató-lica toma parte en la obra redentora de Cristo, está robándole al Señor Jesús el crédito que sólo El merece por la obra que realizó en el Calvario.
De acuerdo con la Palabra de Dios, Cristo lo hizo todo, una vez y para siempre. Su muerte fue un acto divino, el sacrificio más sublime que se haya efectuado jamás. Ocurrió una vez, y nunca se repetirá. No obstante, el Catecismo declara:
"El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son, pues, un único sacrificio" (p. 390, #1367).
Con una actitud de amor debemos decir que esta afirmación es totalmente sacrílega. Sugerir que el sacerdote que realiza un ritual religioso es parte de la tormentosa muerte que padeció Jesús, sólo puede calificarse de blasfemia.
Relacionar los rituales de la Iglesia Católica con la obra de Cristo en la cruz, es absurdo. La Iglesia Católica no tomó parte en la obra que hizo posible la redención y no merece crédito alguno.
Nuevamente el catolicismo trata de obligar a Cristo a compartir su gloria con la Iglesia Católica, mientras que la Biblia muestra que sólo Jesús merece la gloria.
¿En cuál confiará usted? En la Palabra de Dios... o en las tradiciones y enseñanzas de la Iglesia Católica?
"Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu".
1 Pedro 3:18
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